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Recientes evidencias científicas han demostrado que respirar un aire contaminado puede contribuir al desarrollo de enfermedad renal, síndrome metabólico y diabetes.

La rutina diaria en la Ciudad de México ha contribuido a que olvidemos preocupamos por cosas que parecieran innecesarias, como lo es preguntarnos si el aire que respiramos es seguro para nuestra vida y de nuestros seres queridos.

El gobierno de nuestra ciudad y la Secretaría de Salud se han dado a la tarea de establecer criterios de la calidad del aire como el Índice Metropolitano de la Calidad del Aire, mejor conocido como IMECA, para contaminantes como el OZONO y el MATERIAL PARTICULADO (PM). En recientes años hemos vivido el caos que conlleva una contingencia ambiental en la capital del país con la aplicación de programas como el “Hoy no circula”. Sin embargo, que tanto nos afecta respirar estos contaminantes en días de una CONTINGENCIA AMBIENTAL.

Antes de explicar los potenciales efectos de la calidad del aire debemos entender que es inevitable e involuntario exponerse a la mala calidad del aire. Ninguna persona puede evitar dejar de respirar, requerimos de un aire limpio para tener un cuerpo sano. Toda persona que habita en el área metropolitana de la Ciudad de México o en alguna otra ciudad en nuestro país con altos índices de contaminación puede ser vulnerable a los efectos del aire contaminado.

Daños colaterales del aire contaminado.

Cuando uno piensa en cómo me afecta el respirar el aire contaminado de la ciudad o respirar el aire emitido por los escapes de los vehículos podría pensar que solo nuestros pulmones serían los más afectados y por ende las enfermedades respiratorias serían las más frecuentes. Pero, te preocupa si te digo que actualmente evidencias científicas e investigaciones en poblaciones humanas han demostrado que el OZONO y el PM pueden promover enfermedades de órganos como el corazón, vasos sanguíneos, riñones y cerebro. Además de esto, recientes publicaciones científicas han demostrado que inclusive estos contaminantes pueden contribuir a desarrollar un daño renal, síndrome metabólico y diabetes. El OZONO y el PM generan resistencia a la insulina lo cual contribuye a un mal control de los niveles de azúcar en la sangre.

Tanto el síndrome metabólico y la diabetes son enfermedades muy comunes entre la población mexicana y cada vez más se presentan en gente joven. El sedentarismo, los malos hábitos, la dieta y la predisposición genética son factores que pueden contribuir al desarrollo de estas enfermedades metabólicas. Sumado a esto el ambiente, en este caso la mala calidad del aire, puede contribuir a que se desarrollen estas enfermedades y en personas que ya las presentan, contribuir a un descontrol de las mismas y hacer más severos los síntomas de la enfermedad.

¿Qué hacer en caso de Contingencia?

Como se señaló anteriormente, no podemos evitar respirar, pero si podemos disminuir el tiempo que estamos al aire libre, por lo que cuando se emite una advertencia de una mala calidad del aire debemos reducir el tiempo y las actividades que realizamos al aire libre, como el ejercicio. Lo más recomendable es realizar las actividades en espacios cerrados como en casa. Es importante estar al pendiente de las alertas de contingencia para poder realizar nuestras actividades al aire libre.

Cabe señalar que la mala calidad del aire es responsabilidad de todos los ciudadanos y del gobierno. Pero “PEQUEÑAS ACCIONES GENERAN GRANDES CAMBIOS”, debemos reducir las emisiones vehiculares, el mantener en buen estado nuestros vehículos y reducir su uso nos permitirá no contribuir al problema. Tratar de evitar la quema de carbón, basura o inclusive de maleza. Evitar la deforestación y promover el tener más espacios verdes con árboles o plantas de ornato que además de embellecer nuestra ciudad limpian el aire. Así mismo, el uso de productos en aerosol y dejar las heces (popó, palabra coloquial) de nuestras mascotas en la calle evita la generación de más contaminantes en el aire.

En conclusión, tenemos una gran responsabilidad con el ambiente, el tener un aire contaminado afecta nuestra salud y puede acelerar el desarrollo de enfermedades o los síntomas de las mismas. Debemos ser conscientes que esta ciudad es el lugar donde vivimos y que el impacto de tener un aire sucio puede reducir nuestra calidad de vida e inclusive cuánto tiempo podríamos vivir.

El Dr. Gamaliel Aztatzi Aguilar es Jefe del Departamento de Investigación en Inmunología y Medicina Ambiental del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias Ismael Cosío Villegas, además de haber sido docente de la Licenciatura en Nutrición en la Universidad de Londres.

Por el Dr. Gamaliel Aztatzi Aguilar

Referencias:
Wagner JG, Allen K, Yang H, et al. Cardiovascular Depression in Rats Exposed to Inhaled Particulate Matter and Ozone: Effects of Diet-Induced Metabolic Syndrome. Environmental Health Perspectives. 2014;122(1):27-33.Vella, Roxane E., et al. Ozone exposure triggers insulin resistance through muscle c-Jun N-terminal kinase activation.Diabetes, 2015, vol. 64, no 3, p. 1011-1024.
Haberzettl P, O’Toole TE, Bhatnagar A, Conklin DJ. Exposure to Fine Particulate Air Pollution Causes Vascular Insulin Resistance by Inducing Pulmonary Oxidative Stress. Environmental Health Perspectives.
Aztatzi-Aguilar OG, Uribe-Ramírez M, Narváez-Morales J, De Vizcaya-Ruiz A, Barbier O. Early kidney damage induced by subchronic exposure to PM2.5 in rats. Particle and Fibre Toxicology. 2016;13:68.
Metha, Amar J., et al. Long-term exposure to ambient fine particulate matter and renal function in older men: the veterans administration normative aging study. Environmental health perspectives, 2016, vol. 124, no 9, p. 1353.

Sitios de interés
https://www.aire.cdmx.gob.mx
https://respiramexico.org.mx/